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¡nuevo libro a la venta!

Sinopsis

Keilan sabe matar. Betty sabe cantar.
Ambas están huyendo y la única que las protege es La Herida del Mundo , quien es a su vez la fuente de los horrores que habitan su entorno.
El Culto del Vacío las persigue y quiere usarlas, dicen que son la Llave y el Portal , que juntas pueden abrir algo que nunca debió existir.
Betty no recuerda nada, solo que hay canciones que sanan, y Keilan le inventó un pasado donde no hubo templos ni Culto.
Mientras la realidad se descompone y la Herida se abre junto a sus pies, ambas deberán decidir si seguir huyendo… o enfrentarlo todo y arriesgarse a destruir lo que queda del mundo.
Una novela de fantasía oscura, cargada de emoción y violencia sobre dos chicas marcadas por un destino que no eligieron.

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Entrevista con los muchachos de «La torre del Cuervo » a...

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   Spoiler de la semana

―Tenga cuidado, señora Baddi ―dijo cuando llegaron a la puerta principal―, puede que los prury de Manai se sientan contagiados por el fervor de Dkol nur Shana y su jardín es demasiado llamativo como para ser ignorado.
La señora Baddi volvió a palidecer y, para este punto, unas gruesas líneas violáceas se marcaban debajo de sus ojos. Azhar tenía ganas de sonreír, pero se contuvo.
―¿Usted no tiene miedo? ―La señora Baddi se compuso casi milagrosamente y adoptó un aire de superioridad que rozaba el desprecio.
―¿Yo?
―Es una prury y todos los de su pueblo serán cuestionados de ahora en más…
La tomó por sorpresa, tenía que admitirlo, pero sonrió.
―El Tjar sabe en quiénes depositar su confianza, señora Baddi.
―Por supuesto, en cintis que pueden manipular a…
―Risda ―murmuró Azhar y la señora palideció, una vez más. Con la muerte de su padre, la señora Baddi ya no era parte de la esfera política de Doury Kasesh, pero su esposo era un hombre de negocios, adinerado e influyente entre los suyos. Azhar no tenía intención de exponerse, pero no iba a tolerar que un montón de habladurías pusieran su lealtad en duda.
―¿Qué acaba de hacer?
Azhar encogió un hombro.
―Cosas de cintis… ―dijo, quitándole importancia―. Curiosear, investigar, mirar. Tiene dos lindas hijas, por cierto.
―Si algo le sucede a mis hijas…
―¿Qué va a hacer? ¿Clavarme las uñas? ―sonrió y señaló una de sus manos―. Son de mentira, ¿no? Porque debe ser bastante difícil andar por la vida con esas uñas todo el día… ―Como no obtuvo respuesta, Azhar le dio la espalda y comenzó a caminar hacia el carruaje que estaba aparcado frente a la entrada de la casa―. Adiós, señora Baddi, y no olvide cambiar la decoración del jardín.

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